jueves, 1 de diciembre de 2011

Aquello que nos gusta oir, seamos capaces de decirlo nosotros también.

    Hola a todos!
Realmente en esta entrada no voy a colgar nada, simplemente quería compartir con vosotros una opinión mía. En clase hemos hablado sobre el vídeo que Irune ha colgado titulado El punto, entonces cuando he llegado a casa he decidido echarle un ojo. De pronto he sentido una sensación un tanto extraña, bonita y difícil de explicar, por lo que me ha llevado a reflexionar lo siguiente.¿ Alguna vez os habéis parado a pensar todo lo que sentimos y no decimos? Pues si no lo habéis hecho, dedicar unos minutos y os percatareis de ello.
Digo esto porque estamos muy concienciados con eso de motivar a los alumnos, reconociendo el trabajo diario, pero ¿realmente nosotros valoramos y decimos, a quienes nos enseñan, lo bien que en ocasiones lo hacen? La respuesta a esta pregunta es totalmente clara, pero ¿por qué? Estoy convencida de que muchos dirán que eso es hacer la pelota al profe, aunque quizá se están equivocando. De hecho curiosamente a nosotros nos agradan las palabras de un maestro hacia nuestro trabajo...
Es increíble lo egoístas que podemos llegar a ser, por lo que al igual que en el vídeo seamos capaces de reconocer el talento, trabajo y esfuerzo de aquellos que nos rodean, independientemente de que sean amigos, compañeros o profesores; a fin de cuentas son personas.
Además aunque penséis que no, esto repercutirá en la clase de maestros que queramos llegar a ser. Hay blogs de compañeros que resultan muy bonitos, ya que no transmiten un contenido sin más, sino los valores que a lo largo de mucho tiempo han adquirido. Seamos capaces de comprender que la letra leyendo entra, o que simplemente basta con volver a ser niños para entenderles en todos los momentos que se les presenten y motivarles para que sepan leer aquello que realmente merezca la pena y les haga crecer como personas.
De ahí que quiera dar las gracias a Irune por la dedicación del vídeo, así como a parte de mis compañeros por la clase de personas que son, decirles que nunca cambien y si lo hacen que su esencia no la pierdan porque merece la pena que sigan dejando ese perfume por los sitios más insólitos en los que las vida les haga estar.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena por esta reflexión poluchi, pues de que serviría enseñar a otras personas sino empezamos nosotros mismos por felicitar y valorar a esos grandes sabios que son nuestros maestros y que día a día nos forman en enseñar, ayudar, salvar,o simplemente escuchar a otras personas.

    "El resultado de una enseñanza no viene determinado por la cantidad de conocimientos aprendidos, sino por el valor aprendido de cada uno de esos conocimientos"

    Mis felicitaciones poluchi.

    ResponderEliminar
  2. :) Siempre tan sensible... Eres un encanto y vas a ser una extraordinaria maestra.

    ResponderEliminar
  3. Pili!!!!!!!!!
    ¿¿La letra leyendo entra??jeje.. ¿coincidencia?¿simple casualidad?No, no... egoístamente... me voy a dar por aludida!!!! :p
    Y... ¿sabes? Opino lo mismo que ya te han dicho en tus comentarios: creo que vas a ser una excelente maestra!!No todo es enseñar que 2+2 son 4, sino... "molestarte" en conocer a los que te rodean, y a partir de ahí... saber qué camino elegir con cada uno!!y eso... ya lo sabes hacer!!
    Un besote apa!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. ¡¡¡Hola Pilar!!!

    La verdad es que, como Bea, estoy realmente agradecido por esta entrada tuya; y por eso te voy a intentar contestar dejando que hable el corazón...

    Porque lo cierto es que solemos escudarnos en la falta de tiempo para atender como deberíamos a nuestros compañeros, amigos, familiares o profesores...

    Que muchas veces no somos capaces de confesar a esa persona lo orgullosos que estamos de ella por una palabra amable, por una buena acción, por un trabajo bien hecho o, simplemente, por hacernos sonreír...

    Es verdad que en ocasiones es simplemente el orgullo el que no nos deja reconocer los méritos de los demás, pues parece que sólo nuestra gloria es digna de alabanza...

    Pero también es cierto que siempre hay alguien que, como has hecho tú con esta entrada, nos sorprende y nos da fuerza para continuar; nos hace entender que, si queremos, siempre hay algo de tiempo para obsequiar a alguien con una palabra de ánimo y que provocar una sonrisa a alguien nunca está de más...

    Por eso sólo me queda darte las gracias y felicitarte, una vez más, por el trabajo que estás haciendo con este blog; por las veces que diste la cara por mí (incluso sabiendo el riesgo que existía de que te la partieran) y por tantas intervenciones eb las que, desde el respeto, has reclamado lo que consideraste justo...

    ¡¡Muchas gracias y enhorabuena!!

    ¡¡¡Un beso enorme!!!

    ResponderEliminar