Textos absurdos:
¿Queréis saber cómo soy?
Era una mañana como otra cualquiera. Mil veces sonó ese ruido tan intenso que hace levantarme de la cama; es decir, el despertador.
Desde primera hora de la mañana, andaba pensando en todo lo que tenía que hacer, y en el poco tiempo con el que contaba. No tendría que obsesionarme tanto con ello, ya que soy una persona con mucha organización. Ciertamente, considero que si el centro al que acudiré para hacer las prácticas, no cuenta con una buena organización escolar, les puedo garantizar que es algo que se encuentra en el curriculum oculto de mi ser.
Menos mal, que en el fin de semana me escapo del bullicio de la capital, poniendo rumbo al chalet de mis abuelos en un lugar situado al Norte de la Comunidad de Madrid, que tiene por nombre Pozuelo.
La casa está apartada del centro del pueblo, en una urbanización. Es un lujo, despertarse con el canto de un jilguero; sin embargo no me gusta ver pequeños a la vez que desagradables animalillos como por ejemplo, los escarabajos.
Normalmente, los sábados por la tarde, aprovechamos para salir todos juntos, y solemos estar por la zona de Majadahonda. En este sitio, en el centro de una rotonda hay una enorme bandera de España, para que nunca dudemos en el país que estamos.
La verdad, es que es mi momento de descansar. A pesar de hacer cosas, se pude decir que doy escobazos a todas esas tensiones y preocupaciones que a lo largo de toda la semana, me van persiguiendo.
Si a raíz de esta idea anterior, tuviese que hacer una comparación o mejor dicho un símil, sería que habitualmente parece que mi mente está en una continúa competición. Porque si por un causal a mi mente le diese por descansar unos segundos, ¡imposible! Los pensamientos vuelven a salir a la luz. Realmente parece ser que tienen el objetivo de agotarme.
:) Muy bonito. Te lo anoto.
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