A lo largo de este tema han sido varios los conceptos que he podido aprender, puesto que de una historia sin más he llegado a crear una verdadera tela de araña intentando acoplar los aspectos hasta este momento desconocidos.
Desde siempre, los cuentos han estado presentes en nuestro día a día. Todos hemos escuchado “Los tres cerditos”, “Blancanieves” o “la Sirenita”, sin embargo, estoy más que convencida de que al igual que me sucedió a mí, desconocíamos por completo todo lo que esas historias escondían detrás de sus narraciones.
Por eso, entramos a formular la siguiente cuestión ¿Es lo mismo un cuento que un texto folclórico? Bueno pues este es el gran enigma con el que comenzamos el desarrollo de este bloque.
En primer lugar, hemos de decir que el término “cuento” está mal empleado como nosotros lo conocemos, ya que muchas de esas historias que llamamos cuentos son textos folclóricos. A priori, parece que esto no puede ser así, que nuestras raíces infantiles están bien arraigadas y por lo tanto, no admitimos otro tipo de terminología. Sin embargo, en ciertos momentos es preciso que abramos un poquitín nuestra mente y que al menos escuchemos aquellas cosas nuevas que se nos van contando.
En sí, los cuentos que hasta ahora conocemos son las diferentes versiones que Disney ha ido sacando a lo largo de los muchos años que lleva ya en funcionamiento. Pero realmente todas las historias por breves que sean tienen un autor, pues pensemos si nos vienen a la cabeza algunos de los que han escritos esos cuentos. Curiosamente, se nos viene a la mente Disney o los hermanos Grimm, por ello ahí está una de las claves de la pregunta que he hecho al comienzo, puesto que los textos de carácter folclórico no tienen autor o al menos no es conocido. El hecho de no tener autor se debe a las diferentes variaciones que la gente ha ido contando e introduciendo aspectos nuevos.
Un ejemplo de ello es el cuento de “Pulgarcito”. En su comienzo tiene como origen la constelación de los 7 cabritillos. Estos venían de la explicación que utilizaban en Babilonia para hacer referencia a dicha constelación de estrellas.
Otra de las diferencias entre un cuento y un texto folclórico es que el segundo es un texto literario y por lo tanto puede pertenecer a cualquier tipo de género y entonces esto pone un matiz diferencial entre ambos términos. Puesto que un cuento es única y exclusivamente eso y está escrito en prosa, por el contrario, un texto folclórico puede aparecer de diferentes maneras escrito.
Los conocidos como textos folclóricos eran historias que no estaban pensadas exactamente para niños, sino que se contaban a la luz del fuego con el único objetivo de entretener a la gente. Este es otro de los aspectos que hacen que no puedan considerarse como cuentos; puesto que estos sí que están pensados para los más pequeños.
En base a todo ello, me invaden en la mente nuevas preguntas que considero interesantes a la hora de poder indagar a cerca de este tema en concreto, por ello la voy a plantear ¿son todos los textos iguales? A priori, la respuesta a esta pregunta parece demasiado sencilla, pero a mi parecer creo que no lo es tanto. Estaremos todos de acuerdo con el hecho de que la clasificación de los textos es muy amplia pero hay veces que nos pueden parecer iguales la terminología o difícil de llevar a cabo una definición de los mismos. Esto es lo que pasa cuando queremos decir si es un texto de tradición cultural o por el contrario nos referimos a un texto popular. Estoy convencida de que la inmensa mayoría sí que ve la diferencia entre ambos pero a la hora de tener que definirla, ya nos parece más complicado.
Un texto popular: es aquel que está hecho por el pueblo y nacido en el mismo.
Un texto de tradición cultural: Hace más referencia al origen.
Seguro que muchos no entenderéis la relación de lo que he contado ahora con el tema que nos concierne pero os puedo garantizar que sí que existe. La segunda tipología de texto que he definido se acerca más a la concepción que se tiene de los textos folclóricos. En muchas ocasiones, incluso canciones infantiles, han sido consideradas como una tipología cuando resulta que esto no es así. Por poner un ejemplo; si pongo estas dos canciones
Mi barba tiene tres pelos
Tres pelos tiene mi barba
Si no tuviera tres pelos
Pues no sería mi barba
Tres pelos tiene mi barba
Si no tuviera tres pelos
Pues no sería mi barba
El patio de mi casa
es particular,
cuando llueve se moja
como los demás.
es particular,
cuando llueve se moja
como los demás.
Agáchate
y vuélvete a agachar,
que los agachaditos
no saben bailar.
y vuélvete a agachar,
que los agachaditos
no saben bailar.
H, I, J, K,
L, M, N, A
que si tú no me quieres
otro novio me querrá.
L, M, N, A
que si tú no me quieres
otro novio me querrá.
Chocolate, molinillo,
corre, corre,
que te pillo.
A estirar, a estirar,
que el demonio va a pasar
corre, corre,
que te pillo.
A estirar, a estirar,
que el demonio va a pasar
La diferencia entre estas dos canciones con las que la mayoría de nosotros hemos jugado cuando éramos pequeños, es que la primera es popular y la segunda es folclórica.
Esto es lo que sucede con los cuentos que anteriormente hemos dicho. Por eso, la próxima vez que queramos contar algo en referente a esto apliquemos las palabras que sean adecuadas.
Una vez que hemos aclarado estos pequeños matices que nos sirven de introducción al tema, veamos ahora otra cuestión. Esto anterior nos ha quedado claro, al menos a mí, sin embargo, yo me plantearía otra cuestión que sería ¿Si eran textos de tradición oral cómo es que han llegado a nosotros y los podemos ver escrito?
Para responder a ello, echamos la mirada atrás y vamos a comprobar que autores se han dedicado a ello, gracias a los cuales esas lindas aunque a veces escabrosas historias han llegado a nuestros días.
En primer lugar vamos a nombrar a Vladimir Proop. El fue el responsable de que a esos textos se les pusiese el nombre de textos folclóricos, con lo que logró que realmente se les otorgase la importancia que tenían. Principalmente, se centró en los cuentos de hadas. En ellos se hacía referencia a personajes de carácter mitológico que tienen la función de lograr la felicidad de los protagonistas.
Otro de los autores que hemos de destacar es Bruno Bettelheim. Curiosamente, era un psiquiatra que trabajaba con los niños a raíz de los cuentos de hadas. La pregunta que les planteaba era que con cuál de esos personajes se sentirían identificados intentando así averiguar la razón del malestar del niño. Esto le llevaba a analizar el carácter simbólico de los cuentos y a pesar de que en ellos no podían encontrarse moraleja, ya que no la había, se podían ver valores perfectamente definidos.
Un ejemplo de ello es el cuento de….
Los tres cerditos:
No voy a contar de nuevo el cuento puesto que por todos es conocido, sino que simplemente voy a llevar a cabo un análisis de cada uno de sus personajes y de lo que en ellos se esconde. Algunos pueden pensar que de una historia de estas características no podemos sacar muchas cosas sin embargo, esto no es así. Si miramos detenidamente la cantidad de sucesos que le pasan a cada uno los cerditos veremos como si en ellos están reflejados los valores o las características de tres etapas en la vida de las personas cuando son niños, jóvenes y adultos.
Entonces una vez que hemos visto esto, de nuevo las preguntas me invaden la mente. Parece que cuanto más se más quiero seguir sabiendo. Al haber visto esos aspectos curiosos y llamativos de los textos folclóricos, entonces sí, cuentos como “Blancanieves”, “La cenicienta” o “La bella durmiente”, son folclóricos y conocemos sólo lo que cuenta Disney quiere decir que han llevado a cabo una adaptación. Hata ahí estoy de acuerdo pero entonces ¿en qué consiste adaptar?
Adaptar consiste en variar determinadas partes del cuento siempre que mantengamos en todo momento los diferentes sucesos que le van ocurriendo a los personajes; ya que son las pruebas que han de pasar desde que es un niño hasta llegar a ser un adulto. Los motivos son elementos de carácter simbólico y básico en las historias, los motivos son las causas por lo que empieza el viaje iniciático. Estos motivos también fundamentan el esqueleto del cuento, si queremos hacer una buena adaptación hay que respetar el esqueleto que está formado por el viaje iniciático, los motivos y los roles.
A continuación, pongo de ejemplo algunos de los diferentes motivos que se van sucediendo en función del libro infantil al que nos estemos refiriendo.
Los motivos
- Fuga y persecución
Blancanieves: hay que respetar el hecho de que Blancanieves sale de su casa huyendo. Es decir, en este motivo la protagonista se ve obligada a huir para que no la mate la madrastra.
- Viaje :
Caperucita es la que decide salir de viaje.
- Tesoros ocultos
Pulgarcito, Aladino, Ali baba y los 40 ladrones
- Psicológicos
La bella y la bestia
- El rey de los muertos o el rey de las hadas
Cuando Hércules tiene que bajar a buscar a Negara.
- El sol y la noche como realidad e irrealidad
En el día hay determinados tipos de realidades y por la noche igual, en esta última se encontraba La bella y la bestia. Por lo general, cuando las historias hacían referencia a la oscuridad de los bosques, simbolizando de esa forma que la noche siempre es mágica, es especial.
- La búsqueda del amor
- El hermano más pequeño
En el cuento de Pulgarcito, a pesar de ser el más pequeño, podemos aprender cómo usando nuestra astucia seremos capaces de vencer a gigantes.
- La muerte y la resurrección
Hay muertes reales como la de la madre de Blancanieves o la de La cenicienta, pero también hay muertes simbólicas como cuando duerme Blancanieves.
- El huérfano maltratado
También hemos de tener en cuenta las características de nuestros alumnos así como sus edades. Pero claro, ahora algunos pueden hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué lo debemos hacer nosotros? Porque somos nosotros los que estamos con los niños y sabemos en qué momento evolutivo están, al coger una adaptación cualquiera no sabes qué autor lo ha echo y ni en quién se ha fijado, ya que ese autor no conoce a los niños tan bien como su profesor, y ese es el motivo por lo que el propio profesor tiene que adaptar el cuento.
Pero cuando nosotros adaptamos, no podemos hacerlo al libre albedrío sino teniendo en cuenta una serie de aspectos que son los siguientes:
ASPECTOS QUE DEBEMOS TENER EN CUENTA A LA HORA DE HACER UNA ADAPTACIÓN
A la hora de elegir un buen libro de cuentos folclóricos tenemos que seguir los siguientes criterios:
1. Tenemos que saber de quién es el libro, tiene que estar indicado, si no tiene nombre no es adecuado. Tampoco sirven que pongan el nombre de los autores de adaptación ya que eso significa que el libro ya está adaptado.
2. No hay que coger versiones para niños, ya que es folclórico.
3. Tampoco hay que fijarse en aquellos libros que hacen resúmenes de los cuentos como por ejemplo los 365 libros.
4. También hay que ver el índice para saber la clasificación de los temas y el prólogo explicativo para saber los autores de cada cuento.
Todo lo que he dicho con anterioridad está muy bien, es adecuado para poder tener una cultura literaria, sin embargo, si lo relacionase con mi trabajo quizás parezca que no sirva de mucho. De ahí, que me plantee la siguiente pregunta: ¿por qué son adecuados estos textos para trabajarlos con los niños?
Desde mi punto de vista, considero que es conveniente trabajar en la Educación Primaria con esta tipología de textos, ya que se pueden sentir identificados con los personajes, puesto que en muchas ocasiones las edades son muy parecidas, y por otro lado, porque son contextos muy similares a los que ellos se pueden encontrar en su día a día.
- Fuentes consultadas:
Bien, pero solo has hablado de la prosa. Deberías añadir un par de párrafos sobre la poesía y algo sobre el teatro.
ResponderEliminarEn algún lugar debes insistir en que los textos folclóricos son para ser transmitidos oralmente tal y como se ha hecho durante siglos.
Y deberías incluir un apartado final sobre qué tienes que tener en cuenta a la hora de buscar y/o comprar un buen libro de textos folclóricos para ti como maestra.